El 27 de octubre de 2011, tres personas “entartaron” a la presidenta de
Navarra, Yolanda Barcina, en el transcurso de una sesión plenaria de la
Comunidad de Trabajo de los Pirineos, en la ciudad de Toulouse. Durante
unos instantes, la cara de Barcina estuvo cubierta de dulce merengue. La
acción de protesta realizada por el movimiento de desobediencia al TAV
Mugitu! tenía como objetivo denunciar a Yolanda Barcina como principal
responsable presente en aquella reunión de la imposición del Tren de
Alta Velocidad en Euskal Herria (País Vasco), que desde sus orígenes ha
suscitado una amplia oposición. En Toulouse, la acción no fue causa de
ninguna detención ni identificación, limitándose los guardas de
seguridad a expulsar a los “tartalaris” de la sala. Sin embargo, de
regreso a Navarra, los autores de los tartazos fueron detenidos por la
policía foral e imputados por un supuesto delito de “atentado a la
autoridad” en la Audiencia Nacional española, tribunal
de excepción que se ha arrogado el derecho de juzgarlos. Además, una
cuarta persona también fue posteriormente imputada bajo la misma
acusación por su participación en la acción de protesta de Toulouse y en
la rueda de prensa realizada al día siguiente en Iruñea para explicar
los motivos de la acción. Actualmente, la Audiencia Nacional ha fijado
para el próximo 18 de noviembre la celebración del juicio, con demandas
de penas de 5 a 9 años de prisión.
Navarra, Yolanda Barcina, en el transcurso de una sesión plenaria de la
Comunidad de Trabajo de los Pirineos, en la ciudad de Toulouse. Durante
unos instantes, la cara de Barcina estuvo cubierta de dulce merengue. La
acción de protesta realizada por el movimiento de desobediencia al TAV
Mugitu! tenía como objetivo denunciar a Yolanda Barcina como principal
responsable presente en aquella reunión de la imposición del Tren de
Alta Velocidad en Euskal Herria (País Vasco), que desde sus orígenes ha
suscitado una amplia oposición. En Toulouse, la acción no fue causa de
ninguna detención ni identificación, limitándose los guardas de
seguridad a expulsar a los “tartalaris” de la sala. Sin embargo, de
regreso a Navarra, los autores de los tartazos fueron detenidos por la
policía foral e imputados por un supuesto delito de “atentado a la
autoridad” en la Audiencia Nacional española, tribunal
de excepción que se ha arrogado el derecho de juzgarlos. Además, una
cuarta persona también fue posteriormente imputada bajo la misma
acusación por su participación en la acción de protesta de Toulouse y en
la rueda de prensa realizada al día siguiente en Iruñea para explicar
los motivos de la acción. Actualmente, la Audiencia Nacional ha fijado
para el próximo 18 de noviembre la celebración del juicio, con demandas
de penas de 5 a 9 años de prisión.
Apoyamos y llamamos a participar en el acto de apoyo a los anti TAV que protagonizaron esta acción que tendrá lugar, a las 18,00
en la Pza del Pilar, el lunes 18 de noviembre. El lanzamiento de tartas contra Yolanda Barcina se encuadra dentro del amplio abanico de acciones
que se desarrollan en el País Vasco contra la construcción del Tren de Alta Velocidad. El Tren de Alta Velocidad es un proyecto ecológicamente devastador y
económicamente ruinoso. Gran despilfarrador de energía, destructor del
entorno, ruidoso, el TAV acrecienta la centralización del territorio en
las grandes urbes en detrimento de los pueblos pequeños y ciudades
medianas, fomenta la hipermovilidad y es elitista: la mayor parte de los
ciudadanos lo utilizan muy poco o nunca, y sólo una minoría se sirve de
él con cierta frecuencia. Encima, las grandes obras como el TAV suponen
un enorme derroche de recursos públicos y son uno de los motivos de los
fuertes recortes sociales que padecemos. Fue una acción pública y desobediente, hecha a cara descubierta para protestar contra un proyecto antiecológico y, por ello, también antisocial. La acción pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de que las autoridades tengan en cuenta la opinión de la población para que pueda tomar parte de forma activa en el debate y la decisión acerca de los temas que les afectan, en este caso, una infraestructura con un enorme impacto social, económico y medioambiental. El problema real es el de ese proyecto faraónico y la acción de las tartas sólo es un instrumento para poner de manifiesto su inviabilidad.
en la Pza del Pilar, el lunes 18 de noviembre. El lanzamiento de tartas contra Yolanda Barcina se encuadra dentro del amplio abanico de acciones
que se desarrollan en el País Vasco contra la construcción del Tren de Alta Velocidad. El Tren de Alta Velocidad es un proyecto ecológicamente devastador y
económicamente ruinoso. Gran despilfarrador de energía, destructor del
entorno, ruidoso, el TAV acrecienta la centralización del territorio en
las grandes urbes en detrimento de los pueblos pequeños y ciudades
medianas, fomenta la hipermovilidad y es elitista: la mayor parte de los
ciudadanos lo utilizan muy poco o nunca, y sólo una minoría se sirve de
él con cierta frecuencia. Encima, las grandes obras como el TAV suponen
un enorme derroche de recursos públicos y son uno de los motivos de los
fuertes recortes sociales que padecemos. Fue una acción pública y desobediente, hecha a cara descubierta para protestar contra un proyecto antiecológico y, por ello, también antisocial. La acción pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de que las autoridades tengan en cuenta la opinión de la población para que pueda tomar parte de forma activa en el debate y la decisión acerca de los temas que les afectan, en este caso, una infraestructura con un enorme impacto social, económico y medioambiental. El problema real es el de ese proyecto faraónico y la acción de las tartas sólo es un instrumento para poner de manifiesto su inviabilidad.
En cualquier caso y llegado el momento del juicio a las personas que realizaron esa acción, expresamos que las condenas que se proponen son totalmente exageradas y fuera de lugar para un acto en el que nadie resultó herido y que sólo busca visibilizar el conflicto social que suponen el desarrollo de este tipo de gigantescos proyectos sin contar con el apoyo de la gente que vive en los pueblos por los que va a pasar ese tren y que van a ver afectada su forma de vida y su entorno por un servicio ferroviario que no tiene porqué desarrollarse de esa manera.
Una vez más, la justicia deja de ser tal, para convertirse en un instrumento de los proyectos políticos interesados en este tipo de obras, siempre muy suculentas en beneficios, comisiones, desfases presupuestarios, etc. No se quiere hacer justicia sino desmovilizar y desactivar, a través del miedo a la
represión a los movimientos
sociales que trabajan por la transformación social.
represión a los movimientos
sociales que trabajan por la transformación social.
Por todo ello apoyamos el Acto del próximo 18 de Noviembre y apoyamos también la exigencia de la paralización de las obras del TAV y el
archivo del proceso incoado en la Audiencia Nacional contra estas cuatro
personas por las tartas que endulzaron el rostro de Barcina.
archivo del proceso incoado en la Audiencia Nacional contra estas cuatro
personas por las tartas que endulzaron el rostro de Barcina.