Por una misma misma razón que tiene muchas caras, la de las
personas que padecen el régimen penitenciario español. El plan de
macrocárceles, que lleva ya 20 años desarrollándose, fue concebido para
enriquecer a una serie de empresas, generalmente las mismas, sacando la
prisión del interior de las ciudades y especulando con generosas
contratas, la última de ellas la de seguridad privada. La cárcel sólo se
usa para castigar a los pobres y es un negocio (económico y político)
que no sólo aplica castigo inhumano a las personas encerradas sino a su
entorno social y familiar.
¿Qué denunciamos?
Que esa política penal no cumple ni uno solo de los fines
declarados por la ley. Ni reeduca ni reinserta. Maltrata y deshumaniza.
La cárcel es un instrumento de tortura utilizado para gobernar a golpe
de injusticia y generando inseguridad con la excusa de “proteger la
seguridad”. Las políticas antisociales y radicalmente injustas de los
sucesivos gobiernos son las que explican su afición por recurrir a la
manipulación (económica, política y mediática) del delito-castigo para
legitimarse ante la sociedad.
Si no fuese así, ¿cómo explicamos estos datos?
– La tasa de delitos en el Reino de España cuentan entre las
más bajas de Europa occidental, incluidos todos esos delitos graves tan
utilizados para fabricar y difundir “alarma social”.
– Sin embargo, los índices de encarcelamiento cuentan entre
los más altos y la duración media de las penas de cárcel dobla la media
europea. Hoy hay 66.600 personas en nuestras cárceles, una cifra que ha
disminuido de forma coyuntural, pero que igualmente crece en cuestión de
meses en miles de personas.
Hay 1.700 personas presas en aislamiento. ¿Por qué es tan
famoso Guantánamo y nadie habla aquí de 1.700 personas encerradas en un
régimen que cumple a rajatabla la definición de tortura?
– Mientras nos distraen con el debate de la “prisión
permanente”, en el Estado español ya hay mucha más gente con condenas
mucho más largas que en cualquier otro país europeo cuya legislación
incluya esa medida. Hace décadas que existe la cadena perpetua de hecho
en el Estado Español, así como una legislación antiterrorista propia de
un estado de excepción.
– Durante los últimos cuatro años, mientras fuera de los muros
una gran mayoría de la población sufre las consecuencias de las
“políticas de ajuste”, las condiciones de vida en prisión empeoran aún
más: el derecho a la salud es ya una completa ficción, como tantos otros
derechos que se suponen intactos para cualquier ser humano.
Enfermedades relativamente leves en la calle se convierten en gravísimas
para un preso. La enfermedad mental rara vez se trata adecuadamente y
las condiciones higiénicas o la alimentación siguen siendo, como poco,
dudosas.
A todo eso se suma el paso de más de 16.000 personas al año
por los CIEs (cárceles ilegales para extranjeros pobres), que no han
cometido propiamente un delito, sino una simple falta administrativa.
6.000 personas menores de edad llenan los mal llamados “centros de
menores”, en la actualidad en manos privadas y sobre los que están
saltando todas las alarmas sociales.
Y a todo esto hay que sumar un número incontable de tragedias
cotidianas, suicidios, muertes evitables, maltrato… LAS CÁRCELES SON EL
VERTEDERO SOCIAL DE LA DEMOCRACIA Y SUS VÍCTIMAS SOMOS TODOS Y TODAS:
QUIENES SUFREN EL TORMENTO EN SUS CARNES Y QUIENES LO TOLERAMOS COMO
CÓMPLICES DE UNA POLÍTICA CRIMINAL.
Actividades previas :::
20 hs. Proyección “400” de J.L. Menéndez. Corto relizado por personas presas de la prisión de la Trinitat de BCN.
15 hs. Comedor popular vegano
19 hs. Charla Mujer y Prisión
– Mujeres y prisión. A cargo de una compañera de la campaña Cárcel = Tortura
– Colectivo feminista Milenta de Asturias presentando su
proyecto de intervención con mujeres en la cárcel de Villabona.
«Ventanas al exterior». Colabora Febrero Feminista.