Como ya contábamos en este blog, en Junio http://derechoscivileszgz.blogspot.com.es/2014/06/recurso-contra-la-impunidad-y-el.html el próximo día 25de septiembre a las 11,50h se celebrará el juicio Contencioso Administrativo interpuesto contra el Delegado del Gobierno en Aragón, por una multa impuesta a José V. al ser identificado en una cacerolada pacífica ante la sede de Bankia en la plaza Aragón de Zaragoza, en el mes de junio de 2012.
José, sancionado injustamente por dejar una octavilla informativa en una
oficina bancaria. Como él mismo explica y como sucede en muchas otras
ocasiones, los hechos
aducidos para la sanción son absolutamente falsos:“..alterar gravemente
el orden público …. en
el desarrollo de una concentración no comunicada e intentar producir
daños en la fachada de una entidad bancaria ….”. El Ministerio del
Interior alienta la falsa denuncia policial, rechaza el recurso
administrativo, y hace firme una injusta sanción de 302 €. Contra esta
arbitrariedad, se acude a los tribunales de justicia, confiando en la
dudosa posibilidad de que se haga justicia.
Sabemos que todos los
días se ejerce la burorepresión contra la ciudadanía, se criminaliza la
protesta. Sabemos que las actuaciones policiales son arbitrarias y
queremos mostrar nuestra repulsa a la coerción que sufrimos. Esta vez,
alguien agotará las vías legales, no se quedará callado. Aunque no
sepamos el dictamen del Tribunal, nosotrxs sabemos que su actuación fue
legítima y que la sanción es injusta.
Este jueves ¡todxs con José! ¡Nos tocan a unx, nos tocan a todxs!
Tras el franquismo se logra el reconocimiento de los Derechos Civiles, y el libre ejercicio de los mismos. Mientras la ciudadanía, el pueblo, no hace demasiado uso de ellos frente al poder, queda muy “moderno” dichos reconocimientos. El problema viene cuando la gente se empieza a indignar ante el mal gobierno que sufre, ante el robo del dinero público, ante el desmantelamiento de servicios públicos esenciales, ante el robo del salario a los pobres para dárselo a los ricos…. Y si la ciudadanía empieza a protestar y a exigir, a enfrentarse al poder, hay que “convencerla” de que los Derechos Civiles hacen “bonito”, pero no son para utilizarlos contra la Banca o contra los gobiernos.