parte de los Agentes de Autoridad con motivo o con la excusa de la
celebración de las Fiestas del Pilar, identificaciones
aleatorias, registros, requisas, cacheos, agresividad policial…
queremos denunciar otra actuación desmesurada y desproporcionada
de la Policía que siempre impune por excederse en sus funciones, no
cesa en su práctica abusiva hacia las personas.
del Pilar 2014, por parte del Cuerpo Nacional de Policía se produjo
otra violación de los derechos fundamentales de las personas.
violada su intimidad e integridad plasmamos la carta que la misma
ha decidido redactar para que se denuncie públicamente y se
trabaje en erradicar esta práctica habitual de la Policía
coincidiendo con las fiestas populares.
“El pasado domingo, 5 de
octubre, sobre las 12 de la mañana, en una plaza importante de la
ciudad, había un furgón de la policía nacional para “asegurar
nuestro bienestar”.
Yo estaba sentada en la acera, haciendo un cigarro de liar antes
de seguir mi camino para llegar a trabajar y como tantísimas otras
veces, la policía, una mujer y un hombre, decidió que una chica sola
sentada en la acera podía desequilibrar este bienestar público y
por tanto decidieron interrumpir este momento para pedirme el D.N.I y
registrar mis pertenencias; mi bolso, mi mochila y todos los
posible bolsillos que había en mi ropa; sin más motivo aparente que
el anterior, estar liando un cigarrito.
Como a la gran mayoría de personas en este país, esto ya forma
parte de nuestro día a día y por tanto fui cordial y atendí todas sus
exigencias, para no obtener consecuencias más negativas que las
de tener que mostrar a unas personas desconocidas mis pertenecías, mi
privacidad.
Mi sorpresa fue después cuando me pidieron “amablemente” y con
empujones que me metiera dentro de la furgoneta, me dejaron
encerrada con una mujer policía. Yo estaba entre asustada y
sorprendida.En ese momento la agente de policía me pidió que me desnudara, le
pregunte que porque motivo y me dijo que por posible pertenencia de
sustancias estupefacientes u objetos punzantes.
Yo quería terminar con todo eso lo antes posible así que lo hice,
me quede en bragas. Llevaba un moño, me quito el coletero, me soltó el
pelo y empezó a palparme la cabeza… me puso contra la pared y me
empezó a tocar la vulva, y luego también por dentro, en la vagina
alegando la supuesta pertenencia de sustancias estupefacientes.
Todo esto sucedió entre forcejeos de mi aceptación de no poder negarme y mi frustración de verme sola ante esta situación.
Solo estuve como unos 5 minutos dentro de la furgoneta, pero para
mí fue mucho más que eso. Fue el sentir toda la impotencia de
sentir un abuso físico, y de poder por parte de la policía y la
impotencia ante esto.
Al terminar y salir del furgón cogí su número de placa delante de
sus compañeros, y dije que iba a denunciar, que este abuso no iba a
quedar así y lo único que recibí fue alguna sonrisilla que entre
dientes decían lo pobre ingenua que estaba siendo diciendo eso.
Ahora mismo todo esto en manos de mi abogado, voy a poner una
denuncia, aunque seguramente no sirva para nada, ya que yo estaba
sola y no había más testigos que sus propios compañeros; y ya
conocemos como la policía encubre sus propias fechorías.
Este tipo de abuso no es la primera vez que me sucede. La primera vez
opuse resistencia y terminaron agrediéndome físicamente, por eso
esta vez decidí hacerlo así.
Se que este tipo de actos policiales pueden suponer muchos daños
emocionales para muchas personas por tanto el objeto de mi escrito es
poner en conocimiento que este tipo de cosas están sucediendo y que
así todo el mundo gracias a lo que supongo que vosotros escribiréis
sepa reaccionar ante estos hechos; y ya no solo reaccionar ante estos
hechos si no como afrontarlos emocionalmente.”
aleatoria con un posterior registro injustificado que acaba en
una consecuencia totalmente desmesurada y que constituye violar
los derechos fundamentales de las personas.
que el abuso de poder de la policía, sus técnicas de represión y su
trato degradante causan consecuencias negativas en nuestra
persona, el sufrir vejaciones merma nuestra autoestima y reprime
nuestra libertad.
registro en público y un cacheo integral puede causarnos traumas que
si no son atendidos, tratados, perduran en el tiempo y acaban
coaccionando nuestra forma de ser.
injustificado vulnera el derecho a la intimidad, ya que según el
mismo es necesario ponderar adecuadamente, y de forma equilibrada,
de una parte, la gravedad de la intromisión que comporta en la
intimidad personal el cacheo íntegro y, de otra parte, si la medida
es imprescindible para asegurar la defensa del interés público que se
pretende proteger.
fundamentales, su licitud y por tanto su validez probatoria en
el seno del proceso dependerán del respeto al principio de
proporcionalidad tanto a la hora de adoptar las medidas como a la
hora de ejecutarlas. Es más, la falta de observancia de los
requisitos jurisprudencialmente establecidos (dada la falta de
regulación legal existente) determinaría la ineficacia procesal
de las pruebas obtenidas y, además, la posibilidad de incurrir en
alguno de los tipos descritos en el Código Penal.
tratos crueles, violan nuestros derechos fundamentales con
facilidad, pues las mismas atacan directamente a nuestra
libertad, integridad y dignidad.
personas que se han visto afectadas y deben ser apoyadas por el
resto, mecanismos como el desconocido Protocolo de Estambul, son
ejemplos de herramientas que debemos de usar para detectar y
reconocer síntomas postraumáticos que nos pueden producir estos
tipos de actos, y así intentar crear consciencia de la gravedad que
supone una actuación policial como ésta.
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