21 de Enero de 2016.
Según informa hoy Arainfo,
«El Juzgado de Instrucción nº1 de Zaragoza ha aceptado la petición de la Asociación Libre de Abogados de Zaragoza (ALAZ) para que se vuelvan a realizar los informes médicos, que acompañan la investigación sobre la muerte en dependencias policiales de Miguel Ángel Fernández. Según ha asumido el juzgado, el Informe de Urgencias del Hospital Nuestra Señora de Gracia (Hospital Provincial), en el que se recogen las lesiones sufridas por Miguel Ángel no cumple con los requisitos mínimos exigidos para un informe médico de tal naturaleza, y en consecuencia puede suponer una obstrucción para la debida investigación de lo sucedido. En concreto se hace referencia a que dicho informe no describe con suficiencia las lesiones, de acuerdo a los estándares exigibles, y muy especialmente al no contener referencia siquiera a las manifestaciones del propio detenido sobre el origen o causa de tales lesiones.»
El compañero de calabozo de Miguel Ángel Fernández (muerto el 6 de abril de 2016 en la comisaría de la Policía Nacional del ACTUR) declaró el pasado martes 17 de Enero, ante el Juzgado de Instrucción nº1 de Zaragoza como testigo «en relación a las causas de las lesiones padecidas» por Miguel Ángel durante su detención e ingreso en la Comisaría de Delicias.
Después de la declaración del compañero de celda de Miguel Angel, sigue habiendo muchas preguntas sin responder. Los indicios de negligencia en la actuación de los funcionarios a cargo de la custodia claman al cielo, pero no parece ser eso lo que ocupa a sus señorías. El atestado policial alega que, al ingresar en la comisaría de Delicias, el detenido se autolesionó golpeando con su cabeza las paredes del “cuarto preventivo de seguridad”. Su compañero de calabozo ha declarado ante el juez que los agentes golpearon a Miguel Ángel para reducirle. Será su palabra de “delincuente” contra la de los respetados agentes, porque el muerto ya no puede hablar. Por otro lado, siguen perdidos los 14 minutos de la videograbación del ingreso en comisaría y la calidad de las imágenes disponibles es precaria.
Según la declaración de su compañero de celda, Miguel Ángel “estaba nervioso” y pedía ver a un médico. Pues no le vio un médico sino siete. En menos de 24 horas fue visitado por el 061 y trasladado 6 veces a los hospitales Miguel Servet, Clínico y Provincial. En esas mismas horas le fueron administrados estos psicofármacos: Alprazolam, Tranxilium, Adolonta, Valium, Lorazepan (estos 5 en apenas 15 minutos), Alprazolam, Metadona-15 y Metadona-100, aunque su familia sigue asegurando que Miguel Ángel no sufría ningún tipo de drogodependencia. Esta lista fue calificada como “dosis habituales” en el informe toxicológico.
El informe forense concluyó que la combinación de fármacos administrada “pudo intervenir” pero “no fue decisiva” en la muerte de Miguel Ángel, pues esta se debió “a un edema pulmonar por causas naturales”. Nos atrevemos a preguntar si se tratará de las mismas “causas naturales” que explican las muertes de José A. Serrano en la macrocárcel de Zuera, o la de Elhadji Ndiaye, vecino de Zaragoza, bajo custodia de la Policía Nacional en Pamplona, ambas el pasado mes de octubre. Nuestra pregunta puede parecer “atrevida”, pero mucho más atrevida es la decisión judicial de incumplir el deber de practicar todas y cada una de las diligencias que correspondan para conocer, a fondo y sin duda alguna, cuáles fueron las circunstancias y posibles causas de la muerte de un ser humano bajo custodia de las fuerzas del orden.
El Juzgado de Instrucción nº1 de Zaragoza trató de cerrar el caso en falso. Luego la Audiencia Provincial lo reabrió, pero solo a efectos de aclarar las causas de un golpe en la cabeza registrado en el parte médico. En cualquier caso, las causas de la muerte ya no se cuestionan: la Audiencia Provincial asume y ratifica que, después de 24 horas y visto todo lo visto, fue una “muerte natural”. No entendemos que el mismo auto pueda corregir la decisión del Juzgado de Instrucción y, a la vez, negar la duda sobre las causas que llevaron a Miguel Ángel a morir en comisaría. En el caso de Miguel Ángel sigue habiendo demasiados “agujeros”. O sí, lo entendemos, porque así funcionan las reglas del juego en sede judicial, pero nuestro sentido común sigue diciendo “no, así no, esta justicia no es justa”. Nadie merece eso. La familia de nadie merece eso.
NOTA / Aunque parezca increíble, esto no queda aquí. Durante los meses transcurridos desde el 6 de abril de 2016 y después de 13 concentraciones exigiendo justicia, hemos tenido conocimiento de varios casos de abuso y maltrato que implican a la misma comisaría, agravando aún más la alerta que provocó la muerte de Miguel Ángel entre quienes trabajamos por la defensa de los derechos fundamentales. Dos de esos casos son:
– Abril de 2015 y noviembre de 2016: S.M. fue víctima de acoso, amenazas, varios amagos de denuncia penal, simulación de interrogatorio, negativa al acompañamiento por su abogado y otras irregularidades varias, todolo cual suma una flagrante violación de sus derechos.
– Mayo de 2016: B.C. fue detenida, agredida (rotura de tabique nasal como resultado de un cabezazo propinado por un agente de la PN), denunciada por resistencia/atentado y víctima de tratos degradantes en comisaría. Su caso se encuentra en fase de instrucción, a falta de completarse el examen forense porque después de 7 meses aún no le ha sido comunicada cita para consulta psicológica.
Nunca más impunidad. Justicia para Miguel Ángel.
Seguimos convocando la concentración quincenal. En esta ocasión será el próximo 24 de Enero, a las 19 h. en la Plaza de España. Sigue teniendo sentido manifestarse para romper el silencio y exigir justicia.
La noticia de la declaración del compañero de Miguel ha tenido cierta repercusión en los medios de comunicación, aunque, salvo Arainfo, el resto pasa de puntillas sobre el caso y sin querer profundizar en los agujeros del mismo, os enlazamos a continuación lo más destacado aparecido en medios de comunicación locales:
http://www.aragondigital.es/noticia.asp?notid=15224