Con el objetivo de denunciar la detención de un joven, el pasado 30 de Septiembre, en Zaragoza, al participar en una contramanifestación antifascista, para denunciar que a la Falange, los fascistas y los nazis, que en aquella jornada se manifestaron por la unidad de España, no se les puede dejar concentrarse en nuestros barrios y en nuestras ciudades, hacemos público este escrito de la persona afectada que está ahora pendiente de juicio.
La actuación policial se produjo, además en medio de un Mercado que en aquella jornada se celebraba también en la Plaza del Pilar de Zaragoza, con miles de personas presentes, entre ellas personas mayores, niños y niñas. También se denuncian las condiciones de la detención y de los calabozos en los que fue detenido.
El Grupo de Derecho Civiles 15M Zaragoza, presta apoyo a esta persona, como parte de su tarea de denuncia de las políticas represivas del Estado sobre los movimientos sociales y las personas en general, siendo esa represión la única respuesta a los conflictos sociales y políticos que se dan en este país.
—————————————-
El escrito de esta persona dice así:
Hace unas semanas se leía en muchos medios digitales y periódicos en papel, la entrada en prisión
preventiva de 8 Consellers de la Generalitat de Catalunya. Durante los días siguientes iban saliendo
a la luz noticias sobre el trato vejatorio recibido por 3 de ellos, concretamente por Junqueras,
Romeva y Mundó. De hecho, este último tuvo una visita al médico forense por heridas producidas
en la muñeca. Según podía leer en diferentes medios, la descripción de sus heridas daban a pensar
que él sufrió, en parte, el mismo trato que yo.
A los pocos días se publicaba, también en medios digitales y en papel, que la Guardia Civil
notificaba que estos Consellers habían recibido un trato normal. Normal que dijeran esto, si me
permiten ser repetitivo, pues este trato es el normal recibido por la casi totalidad de detenidos.
Vejaciones, insultos, amenazas, malos tratos e incluso, en bastantes casos, torturas. Si no es que se
considera ya todo lo anterior como tortura.
Pues esto es lo que yo obtuve como recompensa a una detención: Vejaciones, insultos, amenazas y
malos tratos (que todavía sigo sufriendo casi 2 meses después). En definitiva, tortura. Estuve
esposado 25 minutos con las muñecas torcidas a posta y por detrás. Las esposas se me apretaron
tanto que cuando me las sacaron tenía las manos azules y lloré a rabiar al sentir la sangre circular
otra vez. Me las volvieron a poner por detrás, esta vez mejor claro, pero tenía las muñecas en sangre
y el roce de las esposas dolía mucho. Cuando estaba retenido en el suelo, un policía me retorcía aún
más las muñecas para que doliera e hiciera daño. Cuando ya me llevaron al coche, durante el
trayecto que sería de unos 300 o 400 metros, me llevaron levantándome por las muñecas con el
dolor consecuente. Una vez allí, los insultos, amenazas de muerte, amenazas de lesiones y
persecución se multiplicaron. Sobretodo una vez que se enteraron que era catalán. Fue entonces
cuando el paso de policías para realizar todos estos actos verbales y retorcerme las muñecas, quien
más fuerte mejor, era un no parar. Además de 2 de los que me detuvieron, conté como otros 6 o 7
diferentes que se veía que disfrutaban realizando su labor de tortura y vejación.
Por cierto, no me leyeron los derechos en ningún momento. Sin embargo, tan mal me vieron que me
llevaron de urgencias a un hospital sin ni siquiera informarme a mi de donde íbamos. Ya allí
también hubo irregularidades, pero sería otro tema.
Ya en comisaría la cosa se calmó salvo cuando llegué, cuando un policía de los que me detuvieron,
volvió a repetir los insultos y amenazas de persecución, sonsacándome mi lugar de domicilio, todo
esto delante de unos 10 compañeros y compañeras de él. Después el trato ya fue más respetuoso, a
pesar que nunca se me leyeron mis derechos y se me hizo firmar un papel donde estos estaban
escritos y se decía que se me habían dicho, aunque me explicaron que era otra cosa.
Por cierto, esta detención se hizo en una carga policial a una contra-manifestación antifascista, para
denunciar que a la Falange, los fascistas y los nazis no se les puede dejar concentrarse en nuestros
barrios y en nuestras ciudades. Carga que se produjo en medio de un mercado con miles de personas
presentes, entre ellas personas mayores, niños y niñas. Mercado donde me encontraba yo en esos
momentos.
También me gustaría hablar del compañero de calabozo que tuve durante mi detención. Un chaval
de barrio del que no hablaré mucho para preservar su identidad, pero que sin entrar en lo que hizo
(que ya les puedo decir que nada, solo estar en le lugar equivocado aquella noche) se le estaban
violando todos sus derechos. Por contado, no se los leyeron. Llevaba como 3 horas allí encerrado.
No le dejaron llamar a alguien, ni tener abogado. Le “robaron” su riñonera, con dinero dentro, los
policías, sin hacerle firmar en el mismo momento que aquellas pertenencias eran suyas y que se las
devolverían a su salida. En definitiva, un computo de irregularidades. Cuando yo comencé a
explicarle cuales eran tales derechos, dos policías entraron mirándome amenazadoramente y
preguntándome de que iba (hay micrófonos y cámaras para vigilarnos), no les gustaba nada que
hubiéramos congeniado. Cuando lo sacaron escuche una bofetada y como le insultaban y no le
dejaban explicarse. Ya os podéis imaginar que justicia tendría aquel chaval. Me gustaría volver a
cruzármelo un día para preguntarle como acabó todo.
Esto último lo explico para decir que se sea un preso político, un político preso, un preso común o
lo que se sea, es demencial hacer estas cosas a las personas que se encuentran retenidas o detenidas
por, a menudo, simplemente alguna gamberrada, robos pequeños, vender droga para sobrevivir o
incluso no haber hecho nada, defender sus ideas, no aceptar la intolerancia. Es inaceptable y se debe
luchar contra ello, porque como notificaron la Guardia Civil con los Consellers, este es el trato
normal en una gran mayoría de las detenciones.
Para acabar, me gustaría que esto fuera una doble denuncia y sirviera para cambiar las cosas. Me
gustaría dirigirme a estos Consellers, encarcelados hoy en día todavía, para decirles que no son los
primeros presos políticos ni serán los últimos. Que en Catalunya, durante su mandato también ha
habido presos políticos y que de todas formas da igual que lo sean o no, es inadmisible que pase
esto a cualquier persona. Por lo que me gustaría recordarles a estos Consellers, que los Mossos
también lo hacen, lo hicieron y, si no cambian las cosas, lo harán. De hecho, ya es público la
condena a Mossos por tortura, homicidio, saltar ojos, los casos que no se han investigado y los que
se han dejado a medias. Es más, creen realmente estos Consellers que es buena idea que la policía,
sea cual sea, tengan pistolas taeser en sus manos? (los Mossos podrán utilizarla a partir de enero del
2018).
Ante todo esto, ante lo que han vivido los Consellers, pues no hay que olvidar que son personas
privadas de libertad y, por lo tanto, tienen todo mi respeto y apoyo, ante lo que les expongo y
muchísimos testimonios más, les pediría que no lo olviden, que se acuerden siempre del trato
recibido. Por que si crean el nuevo Estado Catalán, la policía seguirá torturando. Así que no lo
olviden y no lo permitan.
preventiva de 8 Consellers de la Generalitat de Catalunya. Durante los días siguientes iban saliendo
a la luz noticias sobre el trato vejatorio recibido por 3 de ellos, concretamente por Junqueras,
Romeva y Mundó. De hecho, este último tuvo una visita al médico forense por heridas producidas
en la muñeca. Según podía leer en diferentes medios, la descripción de sus heridas daban a pensar
que él sufrió, en parte, el mismo trato que yo.
A los pocos días se publicaba, también en medios digitales y en papel, que la Guardia Civil
notificaba que estos Consellers habían recibido un trato normal. Normal que dijeran esto, si me
permiten ser repetitivo, pues este trato es el normal recibido por la casi totalidad de detenidos.
Vejaciones, insultos, amenazas, malos tratos e incluso, en bastantes casos, torturas. Si no es que se
considera ya todo lo anterior como tortura.
Pues esto es lo que yo obtuve como recompensa a una detención: Vejaciones, insultos, amenazas y
malos tratos (que todavía sigo sufriendo casi 2 meses después). En definitiva, tortura. Estuve
esposado 25 minutos con las muñecas torcidas a posta y por detrás. Las esposas se me apretaron
tanto que cuando me las sacaron tenía las manos azules y lloré a rabiar al sentir la sangre circular
otra vez. Me las volvieron a poner por detrás, esta vez mejor claro, pero tenía las muñecas en sangre
y el roce de las esposas dolía mucho. Cuando estaba retenido en el suelo, un policía me retorcía aún
más las muñecas para que doliera e hiciera daño. Cuando ya me llevaron al coche, durante el
trayecto que sería de unos 300 o 400 metros, me llevaron levantándome por las muñecas con el
dolor consecuente. Una vez allí, los insultos, amenazas de muerte, amenazas de lesiones y
persecución se multiplicaron. Sobretodo una vez que se enteraron que era catalán. Fue entonces
cuando el paso de policías para realizar todos estos actos verbales y retorcerme las muñecas, quien
más fuerte mejor, era un no parar. Además de 2 de los que me detuvieron, conté como otros 6 o 7
diferentes que se veía que disfrutaban realizando su labor de tortura y vejación.
Por cierto, no me leyeron los derechos en ningún momento. Sin embargo, tan mal me vieron que me
llevaron de urgencias a un hospital sin ni siquiera informarme a mi de donde íbamos. Ya allí
también hubo irregularidades, pero sería otro tema.
Ya en comisaría la cosa se calmó salvo cuando llegué, cuando un policía de los que me detuvieron,
volvió a repetir los insultos y amenazas de persecución, sonsacándome mi lugar de domicilio, todo
esto delante de unos 10 compañeros y compañeras de él. Después el trato ya fue más respetuoso, a
pesar que nunca se me leyeron mis derechos y se me hizo firmar un papel donde estos estaban
escritos y se decía que se me habían dicho, aunque me explicaron que era otra cosa.
Por cierto, esta detención se hizo en una carga policial a una contra-manifestación antifascista, para
denunciar que a la Falange, los fascistas y los nazis no se les puede dejar concentrarse en nuestros
barrios y en nuestras ciudades. Carga que se produjo en medio de un mercado con miles de personas
presentes, entre ellas personas mayores, niños y niñas. Mercado donde me encontraba yo en esos
momentos.
También me gustaría hablar del compañero de calabozo que tuve durante mi detención. Un chaval
de barrio del que no hablaré mucho para preservar su identidad, pero que sin entrar en lo que hizo
(que ya les puedo decir que nada, solo estar en le lugar equivocado aquella noche) se le estaban
violando todos sus derechos. Por contado, no se los leyeron. Llevaba como 3 horas allí encerrado.
No le dejaron llamar a alguien, ni tener abogado. Le “robaron” su riñonera, con dinero dentro, los
policías, sin hacerle firmar en el mismo momento que aquellas pertenencias eran suyas y que se las
devolverían a su salida. En definitiva, un computo de irregularidades. Cuando yo comencé a
explicarle cuales eran tales derechos, dos policías entraron mirándome amenazadoramente y
preguntándome de que iba (hay micrófonos y cámaras para vigilarnos), no les gustaba nada que
hubiéramos congeniado. Cuando lo sacaron escuche una bofetada y como le insultaban y no le
dejaban explicarse. Ya os podéis imaginar que justicia tendría aquel chaval. Me gustaría volver a
cruzármelo un día para preguntarle como acabó todo.
Esto último lo explico para decir que se sea un preso político, un político preso, un preso común o
lo que se sea, es demencial hacer estas cosas a las personas que se encuentran retenidas o detenidas
por, a menudo, simplemente alguna gamberrada, robos pequeños, vender droga para sobrevivir o
incluso no haber hecho nada, defender sus ideas, no aceptar la intolerancia. Es inaceptable y se debe
luchar contra ello, porque como notificaron la Guardia Civil con los Consellers, este es el trato
normal en una gran mayoría de las detenciones.
Para acabar, me gustaría que esto fuera una doble denuncia y sirviera para cambiar las cosas. Me
gustaría dirigirme a estos Consellers, encarcelados hoy en día todavía, para decirles que no son los
primeros presos políticos ni serán los últimos. Que en Catalunya, durante su mandato también ha
habido presos políticos y que de todas formas da igual que lo sean o no, es inadmisible que pase
esto a cualquier persona. Por lo que me gustaría recordarles a estos Consellers, que los Mossos
también lo hacen, lo hicieron y, si no cambian las cosas, lo harán. De hecho, ya es público la
condena a Mossos por tortura, homicidio, saltar ojos, los casos que no se han investigado y los que
se han dejado a medias. Es más, creen realmente estos Consellers que es buena idea que la policía,
sea cual sea, tengan pistolas taeser en sus manos? (los Mossos podrán utilizarla a partir de enero del
2018).
Ante todo esto, ante lo que han vivido los Consellers, pues no hay que olvidar que son personas
privadas de libertad y, por lo tanto, tienen todo mi respeto y apoyo, ante lo que les expongo y
muchísimos testimonios más, les pediría que no lo olviden, que se acuerden siempre del trato
recibido. Por que si crean el nuevo Estado Catalán, la policía seguirá torturando. Así que no lo
olviden y no lo permitan.
Haz clic aquí para Responder o para Reenviar
|
Trackbacks/Pingbacks