CAPÍTULO 1
12 de enero de 2021
Ayer martes 12 de enero tuvo lugar la primera sesión del juicio a Serigne, Souleymane y al agente de la Policía Local que redujo a éste golpeándole en la nuca con la culata de su pistola. Podéis leer más sobre el tema aquí:
No sabemos qué dirá la prensa de lo sucedido. Quienes ocupábamos el aforo limitado de la audiencia pública hemos podido escuchar a Souleymane, Serigne y las pruebas testificales propuestas por su parte (y por la acusación popular) ratificando literalmente sus declaraciones previas. La situación, en definitiva, sigue como estaba: los relatos de 6 personas, con sus inexactitudes y percepciones subjetivas, honestamente reconocidas por todas, contra una versión sostenida por dos agentes de policía que resulta absolutamente incompatible con ellas (en espacio, tiempo y lógica). Como guinda del pastel de la práctica de las pruebas, se ha reproducido la grabación realizada por uno de los testigos (de profesión periodista), que incluye el testimonio in situ de otros dos y finaliza con la voz de un agente de policía pidiéndole la documentación.
También hemos asistido a escenas como:
– Un presidente de sala cortando a un abogado cuando este preguntaba al agente de policía acusado por la formación recibida en protocolos de actuación para reducir a una persona sin golpearle en zonas vitales de su cuerpo (como si la cuestión no fuese de interés y relevancia).
– Un agente de policía respondiendo que esa formación existe pero es escasa, antes de que el juez impidiera continuar al abogado.
– Una comunicación (en ocasiones) deficiente debida a ciertas dificultades de nuestros compañeros con el castellano y a ciertas dificultades de los “operadores jurídicos” para hacerse entender encontrando sinónimos a la jerga y las perífrasis jurídicas, dificultades que sólo parecen poder resolverse levantando la voz y repitiendo las mismas palabras que habían generado confusión.
– Un fiscal que no formula acusación alguna sobre el agente de policía, aunque la propia Audiencia Provincial haya reconocido la existencia de indicios de un uso “excesivo de la fuerza” por parte del mismo.
– Una abogada empleando la expresión “este tipo de personas” sin despeinarse pero olvidando que, hasta nueva orden, se supone que una sala de lo penal juzga y castiga actos y no “tipos de personas”.
Según nuestra experiencia, lo más importante es que ninguna de esas escenas plantea especiales “anomalías” en la liturgia de la justicia penal. De hecho, todas ellas representan esos problemas que se manifiestan de forma cotidiana en nuestro lenguaje, en nuestras escuelas y universidades, en cualquier puesto de trabajo o, por supuesto, en muchos medios de comunicación. El 8 de enero de 2021, Heraldo de Aragón publicó una “noticia” al respecto que puede servir de ejemplo.
Veamos qué dice el cuerpo de esa noticia:
Uno de los inmigrantes asegura que el agente le golpeó en la cabeza con la culata de su pistola, pero él lo niega
Primera mentira: nadie “lo niega”, ni siquiera “él”. La misma noche de los hechos (ya en fecha de 14 de octubre de 2017), el agente reconoció en el juzgado de instrucción haber golpeado al detenido con la culata de su arma. Ayer, en la Audiencia Provincial, volvió a reconocerlo, pero dijo no recordar “exactamente” en qué parte de la cabeza de Souleymane.
La Audiencia Provincial juzgará el próximo 13 de enero a dos manteros y a un agente de la Policía Local de Zaragoza por el violento altercado que se produjo el 13 de octubre de 2017…
Verdad a medias: la única violencia reconocida por todas las versiones (agredido, agresor y testigos) ha sido la del agente contra Souleymane, pero decir “violento altercado” refuerza la sospecha anticipada en el invento anterior.
… la Fiscalía sólo ha presentado cargos contra los dos inmigrantes.
En efecto. Habría que preguntarse por qué no le ha servido de nada que el auto de la Audiencia Provincial estimara que, “habida cuenta de las declaraciones contradictorias de las partes y las declaraciones testificales obrantes en autos, existen indicios de que el Agente de la Policía Local con TIP XXX pudo excederse en el empleo de la fuerza mínima imprescindible”.
Sin embargo, el Colectivo Derechos Civiles 15M Zaragoza se personó también en la causa y ha logrado sentar en el banquillo a uno de los policías, para el que pide prisión por un delito de lesiones y otro contra la integridad moral.
Corrijamos: “sin embargo”… “ha logrado”… “pide prisión”… significa, en realidad, que un colectivo dedicado a la defensa de derechos y la denuncia de los abusos institucionales ha hecho su trabajo ante un caso de una gravedad que le parece más que presunta; que en el ordenamiento penal español una acción como la del agente puede responder a las calificaciones de lesiones y delito contra la integridad moral; que la pena de prisión está contemplada en el sistema de penas que se corresponde con esos actos; y que el interés del Grupo Derechos Civiles, que se declara antipunitivista y abolicionista, nada tiene que ver con enviar a nadie a prisión sino con abolir los abusos de poder y autoridad mediante una actuación rigurosa de la administración competente para aplicar medidas preventivas y disciplinarias eficaces. Además, Souleymane cuenta con la asistencia letrada de una profesional que, en el ejercicio de sus funciones, también hace lo que debe. De nada.
"Los investigados no sólo ofrecieron resistencia tratando de huir en todo momento, sino que también les acometieron provocando con ello lesiones de carácter leve en los agentes", decía la magistrada encargada de las pesquisas en un auto fechado el 5 de octubre de 2018. Sin embargo, los manteros, Souleymane y Serigne, dieron una versión completamente opuesta sobre lo sucedido.
A Heraldo no le parece bien explicar que eso que dijo el auto de la jueza de instrucción es un “copia-pega” de la declaración de los policías y que esa versión no fue confirmada, ni de lejos ni un poquito, por ningún testigo. La situación es más bien la contraria: contra la versión de afectados y testigos, la magistrada había dado por cierto el relato (único) de los agentes.
Los encausados aseguran que se produjo tal revuelo que varias motos y alguna viandante acabaron en el suelo.
¿Se refiere a los “encausados Souleymane y Serigne”, al “encausado policía” o a todos ellos? ¿O a estas alturas de la “noticia” ya sólo hay dos acusados?
Durante la fase de instrucción, la jueza dijo que no existían "indicios racionales" que permitieran atribuir al agente la agresión. Sin embargo, los letrados que defendían los intereses de los manteros presentaron un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial y la Sección VI mantuvo la acusación contra el policía, que acabará sentándose también la próxima semana en el banquillo.
La jueza dijo lo que dijo copiando la versión policial y contra TODOS los demás testimonios, testigos incluidos. De ahí que, en esas circunstancias, habría sido absolutamente escandaloso y demasiado vergonzoso que la Audiencia Provincial no admitiera el recurso.
Dado el número de implicados y de testigos, el tribunal ha previsto celebrar el juicio en dos sesiones, los días 12 y 13 de enero.
Por fin. Esto sí es 100% cierto. En la última frase, in extremis. Enhorabuena, Heraldo, por el rigor. A ver cómo te sale la crónica del juicio, porque hay gente en Zaragoza que cree “informarse” leyéndote. Luego no puede extrañarnos que los comentarios de tus lectores en internet se conviertan tan a menudo en una macedonia de clasismo, racismo y odio gratuito.
Hoy miércoles 13, segunda sesión: conclusiones y visto para sentencia.
Mañana, jueves 14, intentaremos publicar el capítulo 2 de la crónica.
En el capítulo 3 hablaremos de la sentencia, cuando ésta sea dictada.
Y la lucha continúa.
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